Fueron setecientos setenta y cinco cartas que rescató del cofre de la pampa el historiador, cartas inconexas unas con otras que no corresponden a un epistolario o correspondencia de ida y vuelta, fueron cartas al azar, de todo tipo y de toda gente, de toda época y de distintos tiempos…

PROCESO




Cartas de la Pampa es un trabajo dramatúrgico inspirado en la investigación que realizó el sociólogo e historiador iquiqueño señor Sergio González Miranda de la recolección y transcripción de setecientas setenta y cinco (775) cartas escritas por personas anónimas a fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX,  las que fueron publicadas el año 2006 por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos[1] en un libro de su autoría, titulado “Pampa Escrita, Cartas y Fragmentos del Desierto Salitrero.”
 
Cartas de la Pampa dialoga y teatraliza sólo tres cartas, las primeras del libro, las que González Miranda desde la historicidad y la rigurosidad del investigador científico estudia y fundamenta detalladamente cada palabra y frase escrita y que la dramaturgia desde los plurilenguajes escénicos  y la creatividad permite crearle un soporte e inferir una historia, un aquí-ahora, apoyando lo escrito con nuevos personajes para darle mayor sustento al solitario remitente y particular destinatario.  Así las cartas tendrán razón de ser en el desierto y en el imaginario del público espectador, además de retratar una época.

Tal como manifiesta González en su libro la pampa es la conjunción del desierto y del hombre, el desierto por si sólo es igual a todos los desiertos de soledades, el hombre al igual que todos los hombres socialmente se va construyendo con y por su entorno cultural. Acá el desierto tiene historia y ésta es la pampa misma, no solo limitada geográficamente por el Desierto de Tarapacá, incluye a los poblados del interior, de la precordillera, de las quebradas, traspasa las fronteras a Bolivia y Perú, donde todos se interrelacionan, creándose en ese periodo histórico de Chile verdaderas redes de apoyo, de comunicación, movilidad laboral, relaciones sociales e interculturales.  Entonces  la pampa se nos hace aún más enorme y es mucho más que la historia del obrero del caliche.

Pampa Escrita…”, da libertad a los investigadores de todas las áreas para profundizar en sus personajes anónimos, en los detalles, en la construcción de una realidad en base a nimiedades del cotidiano vivir manifestados en  el epistolario de trabajadores, mujeres, empresarios y obreros con sus otros, a quienes hay que comunicar e informar algo personal, propio de sus emociones y sentimientos, estas cartas son voces que resuenan y que expresan anhelos, dolores, amores y sinsabores, vínculos y relaciones interpersonales de la gente sencilla de la pampa, de aquéllos que en la historia de las mentalidades se reconocen como “la gente poco importante” (González, 2006)[2] y que para el teatro y el arte mismo por ser peculiares, ser distintas, ser fragmentadas, no tener una secuencia, ni una lógica hace que sus remitentes adquieran roles protagónicos sobre las tablas.


[1] Fuentes para la historia de la República. Volumen XXVI, DIBAM 2006
[2] González, M. Sergio. (2006) “Pampa Escrita, Cartas y Fragmentos del Desierto  Salitrero” Chile: Ediciones DIBAM


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